miércoles, marzo 31

Capitulo 10.- No sabes como sufro

-Ella es Valentína... tu hermana.

- Oh!
No sabia muy bien como reaccionar. Sentia sorpresa, alegria y coraje al mismo tiempo; asi que me quede de pie igual que ellos. Pasaron unos segundos y me empezaba a sentir incomoda, asi que decidi hablar.

- Hola.
Le dije. Me sorprendio su nombre, obviamente mi mamá no le iva a poner el mismo que el mio, pero si uno muy parecido. Osea que eramos las "Vales"; genial.

- Hola.
Respondio ella; no me imaginaba como se debia sentir; pierdes a tus padres, y despues de 2 días te vas a vivir a un lugar completamente desconocido con tu otra familia de la que nunca supiste nada -bueno, eso no lo aseguraba-, que duro debia ser para ella.

- Val, ¿Por que no se van a tu cuarto y se conocen mejor? Yo estare en la cocina.

- De acuerdo -respondi- Ven, es por aca
Le dije a Valeria mientras tomaba una de sus maletas para audarla; ella me siguio timidamente con el resto.
Entramos a mi cuarto y me sorprendio lo que vi. Habia otra cama junto a la mia, y un pequeño escritorio junto a la ventana. Mi papá me tenia que explicar muchas cosas. Pero aparte del coraje que sentia hacia mi papá por ocultarmelo, no me sentia molesta por compartir mi habitacion; ademas, no me podia poner pesada con ella, despues de todo, era mi hermanita.
La ayude a dejar sus maletas junto a su cama y trate de hacerle conversación.

- A qué hora llegaste?

- A las 11 de la mañana, más o menos.

- Y ya estaba tu cama aqui?

- No; pero ya estaba en la sala junto al escritorio, solo ayude a traerlos para aca.

- Que bien, ojala que te guste el centro de la republica, me habian dicho que vivias al sur, ¿no?

- Si, vivia en una playa de Yucatan, y la verdad es que me esta gustando, no hace tanto calor.
Rei un poco; era muy sociable.

- Que bueno que te gusta. En que te viniste?

- Tome varios camiones.

- Oh. Bueno, te dejare un momento sola, para que te empieses a acoplar a el cuarto y esas cosas.

- Esta bien, gracias.

- De nada.
Le dije mientras me dirijia a la puerta y la cerraba a mis espaldas. Mi humor cambio en el transcurso de mi cuarto a la cocina.

- Tienes muchas cosas que explicarme.
Le dije a mi papá apenas cruse la puerta.

- Lo se, lo siento mucho. Se supone que llegaria hasta mañana.
Segui callada y de brazos cruzados. No iva a ser tan facil.

- Tenia planeado decirtelo cuando llegaras, para...

- Y que no me pudiste haber dicho en la mañana?
Lo interrumpi. No lo entendia.

- Pues, es que como acababas de despertar de todo un día, pues temi que te volvieras a estresar mucho.

- Estoy mas ahora de lo que estaria en la mañana. ¿Y lo de la cama cuando pensabas decirmelo?

- Pues tambien hoy.
Suspire, mi papá se estaba volviendo de verdad muy paranoico. ¿Miedo de estresarme?

- ¿Me podrias perdonar?
Dijo con voz algo suplicante, pero a la vez burlona. Vacile un momento; lo iva a hacer suplicar.

- ¿Por favor?

- Tendre que pensarlo.
Le dije mientras le hacia una sonrisa pícara y me iva de la cocina. Escuche su risa desde atras. Me fije en mi reloj; en 2 horas iria a mis nuevas clases de yoga que me consiguio mi papá -la paranoia de nuevo- y que de seguro seran para el resto de mi existencia. Pero trate de tomarle el lado positivo: Existian menos posivilidades de que me desmayara y ademas podria ser divertido.

- Hey, Val!
Escuche que me hablaba mi papá a mis espaldas; me voltee y lo vi salir de la cocina.

- Podrias portarte bien con Valentina? No sabes cuanto a sufrido.
Eso me ofendio mucho. ¿Que demonios le pasaba a mi papá?

- ¿Que? ¿Crees que la estoy tratando mal?
Le respondi en un tono algo alto

- Solo digo que no sabes como se siente

- ¿Y que tu si?

- Creo que si.
Esa fue la gota que derramo el vaso.

- ¿¡Que te pasa!? ¡Por favor! ¡Es mi hermana!

-¿Y?
El tambien estaba molesto ahora. Lo menos que queria era pelear, pero ¿Que podia hacer? El me habia provocado.

- ¿Sabes? Esta bien. Ya, dejalo asi. No tienes ni idea de lo que estoy sufriendo yo.
Le dije mientras le daba la espala pues habia empezado a llorar

- Pues dime entonces.
Me dijo ahora mas preocupado que enojado. Confiaba en mi papá, mucho, y tambien lo amaba, pero lo que me susedio no era algo que se le cuenta a los pardes. Camine a mi habitacion sin volverme y Valentina -sentia extraño si la llamaba hermana- estaba preocupada -seguramente por mi- cuando entre llorando a el cuarto y azote la puerta a mia espaldas.

- Que te pasa?
Me pregunto.

- Que no nos escuchaste?

- Si; me referia a lo que te pasa a ti.

- Ah. Bueno... es algo dificil de explicar; ¿Podemos hablar de esto despues?

- Claro.

- Oye, -le dije vacilante- ¿ Te gustaria conocer la casa de la cultura esta tarde?

- Pues de hecho tu papá dijo que hoy empezariamos clases de yoga ahi.

- Por supuesto. Debi habermelo imaginado.
Dije algo molesta. Ultimamente mis emociones estaban muy alborotadas.
Nos vestimos para esa tarde com ropa comoda. Yo me puse un pants blancos con una camisa de manga larg amarilla; mientras ella saco de su maleta unos pantalones -que parecian mas pijama que nada- rojos con una playera gris. Salimos de la habitacion y nos sentamos en el comedor. Mi papá llego de la ccina con hamburgesas.
No tratamos ni mi papá ni yo de hacer las paces, pero no hubo de esos silencios incomodos por que ahora Valentina era el centro de atencion y nos la pasabamos haciendole pregntas.al final de la comida nos subimos al carro -con nuestros tapetes para yoga y toda la cosa- y nos fuimos a clases.

- Vengo por ustedes a las ocho.
Nos dijo mi papá mientras nos bajabamos del coche; ¿Era una broma? ¿tres horas?
Se fue mi papá y entramos a la casa. Era espaciosa, de 2 pisos, rectangular y fria. Por fuera estaba cubierta de azulejos azules y por dentro era completamente blanca. A nuestra derecha habia una pequeña salita de madera con una mesita. A la izquierda habia una barra -tambien con azulejos-, una puerta de madera y una gran ventana. Debia ser la recepcion. La puerta se habrio y una señorita de aproximadamente treinta años salio de ella.

- Buenas, tardes, ¿Que se les ofrece?
Dijo mientras se apoyaba en la barra. Me recordo a Aura bastante; se parecia mucho: tenia el cabello super negro y lacio, solo que ella lo tenia largo, y tambien tenia los ojos verdes.

- Buenas tardes, venimos a clases de yoga.

- Oh, claro, aun no llega el maestro, pero algunos alumnos ya estan dentro; puedes pasar si gustan, es el segundo salón.

- Gracias.
Entramos y habia 4 chicas platicando en el suelo sobre sus tapetes. Y todas voltearon al mismo tienpo en cuanto entramos y, como en la escuela, nos veian como bichos raros.
Apenas nos acomodamos entro la profesora.

- Buenas tarde, chicas. Lamento el retraso.
En ese momento volteo hacia donde estabamos y se sorprendio un poco pero luego se repuso.

- Oh, ustedes deben ser las chicas nuevas. Mucho gusto.
Nos dijo mientras nos daba la mano.

- Igualmente.
Dijimos las 2 al mismo tiempo.

- Bueno chicas, comencemos de una vez.




Salimos del cuarto apoyandonos en la pared y tropesandonos mucho Valentina y yo. Nunca en mi vida me habria imaginado que el yoga era tan cansado. No sentia bien mis piernas.

- Hola chicas, ¿Como les fue?

- Horrible -conteste sin pensarlo 2 veces- ¡es mega cansado!

- Bueno, se acostumbraran; espero que el cansancio se les quite pronto, o no van a poder con la clase de mañana.

- ¿¡Que!?
Dijimos las 2.

- Claro! Es diario. Menos los fines de semana.
Una serie de lamentos y reclamos vinieron a continuacion de parte de las 2. ¿Mañana de nuevo sufririamos esta tortura?
Llegamos a la casa y nosotras seguiamos quejandonos levemente. Nos dirijiamos directo a nuestra habitacion pero mi papá me detubo a mi suavemente por el codo.

- Que pasa?

- Necesitamos hablar.
Maldije para mis adentros; habia hablado de más y ahora no se iva a rendir hasta que le explicara lo que me pasaba.

- Papá, estoy muy cansada ahora.

- Lo se, solo seran unos minutos.
Suspire

- De acuerdo.
Nos sentamos en la sala y el me miro por un instante.

- Me gustaria que me platicaras lo que te pasa; podria audarte.

- Papá, es cosa de mujeres.

- Es un chico?
Vacile. ¿Que pasaria si le contaba sobre Alex? Decidi que le contaria. Lo de Alex era un problema menor comparado con lo que de verdad me hacia llorar todas las noches y querer suicidarme en algunos momentos -bueno, en realidad, solo en uno-.

- Pues si.

- Mmm; que pasa?

- Pues resulta que a mi me gusta pero el tenia novia, y luego terminaron pero una de mis amigas se metio con el y eso me dolio mucho.
Le conte mi problema resumido y su cara cambio a una especie de mirada de lastima.

- Ya, todo esta bien. Ya no te juntes con esa chica que te trata mal.
Me dijo mientras me abrazaba. Habia funcionado mejor de lo que me lo imaginaba.

- Ya no lo hago.

- Bueno, ya vete a dormir que estas muy cansada.

- Gracias.
Me levante y le di un beso en el cachete para despues irme a mi cuarto...

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Ola chicas!!
Lamento tardarme tanto en publicar, pero no eh tenido mucho tiempo.
Que les parecio el capitulo? chido? XD
Bueno, me voy.
COMENEN!!!!!
Y recomienden
XD

1 comentario:

Miranda dijo...

aww pobrecitaa D: pero que es lo que la ha hecho querer suicidarsee? no lo has mencionado en la historia ciertooo? es que como hace mucho que no me pasoo por aqui! D: hahahaah